Las palabras de S. Pablo en la segunda lectura eran
revolucionarias en el contexto del Imperio Romano “hemos recibido no un
espíritu de esclavitud sino de hijos”. Los cristianos se sentaban a la mesa de
la Eucaristía esclavos y libres juntos. Pienso que hoy los cristianos también
somos contraculturales y tenemos una revolución silenciosa que hacer. En la
Santísima Trinidad, comunión de personas, hemos descubierto no sólo la esencia
de Dios, su forma de ser sino también la esencia del ser humano que es ser
persona, persona para amar. La ingeniería social desde el mayo del 68 ha ido colonizando
las mentes y los colectivos y enseñando a vivir como individuos con capacidad
de elegir, seres humanos con libertad sí, pero ésta sin referencia a ningún
principio ético: “mi vida es mía y hago con ella lo que quiero, ¿por qué no
puedo elegir si quiero dar a luz?, ¿por qué no puedo elegir con quien tener
sexo sin complicaciones? ¿por qué no puedo escoger el sexo de mi hijo? ¿oye tú
que quieres ser niño o niña?”. Es el ser humano sin Dios, sin Padre y sin
maestro con un único absoluto: “mi capacidad de elegir”. Frente a esta civilización de individuos que
eligen con el único fin de “disfrutar”, nosotros vivimos en el mundo pero sin ser
del mundo como personas, ser en relación diseñados para amar, con el único
objetivo de crear fraternidad, comunión a imagen de la Trinidad. Un sencillo
ejemplo: llega el domingo y hacemos planes ¿nos planteamos hacer algo en común
con otros como celebrar la Eucaristía o hacemos planes individualistas? El
modelo de la ingeniería social ya sabemos a dónde lleva: a la depresión y la
tristeza, a la soledad. El modelo cristiano lleva a una vida plena en comunión
(es verdad que no hay comunidad perfecta sino en la Trinidad) pero el mero
hecho de caminar hacia esa meta ya nos hace ser plenos. Mientras. Mientras los
domingos nuestros vecinos programan actividades y se sienten muy felices porque
sin ninguna obligación ni compromiso “eligen” qué hacer, nosotros priorizamos
con la celebración de la Eucaristía donde nos encontramos con los hermanos y
con Dios con los que tenemos una relación de amor verdadera y para siempre.
Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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