Al leer este evangelio y la historia de Tobías me
acuerdo de que muchos hijos son más grandes de que sus padres, y no sólo en estatura
o titulación, me refiero a la fe. Hace unos días una madre se confesaba porque
quería comulgar con su hijo en la primera comunión y el niño le decía que tenía
que confesarse antes. Muchos niños pequeñitos hacen que sus padres entren en
los templos porque a ellos les encanta dar besitos a las imágenes que hay en
ellos… y así podríamos seguir poniendo ejemplos. Normalmente los padres
trasmiten la fe a los hijos, pero también es al revés. Mi Párroco cuando yo era
pequeño nos recordaba esto de vez en cuando. La pregunta es ¿Nos dejamos
enseñar, sanar, ayudar por los pequeños? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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