Desde que hoce esta mañana Laudes y escuché en la
antífona del benedictus lo de la verdad plena le estoy dando vueltas. Es una
afirmación peligrosa porque en el posmodernismo no hay verdades plenas, vivimos
en la dictadura del escepticismo. Al escuchar a Pablo en Atenas veo el amor de
un Apóstol que lleno de amor propone esa verdad. Se le unieron sólo unos
cuantos. El lunes un obispo ucraniano nos recordaba a los sacerdotes que son muchos
los llamados y pocos los elegidos. Cuanto deseo que muchos que quiero
lleguen al conocimiento de la verdad que
to tengo, pero…¿he llegado yo a la verdad plena? De ninguna manera, no soy tan
necio, cada día voy profundizando y descubriendo nuevos matices que otros, como
instrumentos del Espíritu Santo me proporcionan. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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