Ayer escuchaba al rector de la Universidad de Jaén
en su discurso de investidura y decía que el sentido de pertenencia se nota
cuando uno se presenta no como catedrático de tal o cual sino como profesor de
la UJA. El sentido de pertenencia. Soy cura de un barrio en el que el sentido
de pertenencia es muy fuerte. En cambio conozco a muchos bautizados que se
confiesan cristianos pero no tienen sentido de pertenencia. Ser Hijo de Dios es
como un título que se cuelga en la pared junto a la orla. En la ciudad es
tremendo ver cómo la gente va a Misa los domingos aquí o allá dependiendo del
horario, de los planes del fin de semana. Falta mucho sentido de pertenencia
eclesial, de ser rebaño. Ayer le preguntaba a cada uno de los chicos que este
año se confirman ¿y después qué? ¿En qué grupo vas a continuar?
La pertenencia tiene como núcleo la relación con
Jesús. Esto también es importante porque también hay cristianos con sentido de
pertenencia a una parroquia o cofradía que cuando rascas un poco te encuentras
que no hay relación personal con Jesús. Estos nos son verdaderos discípulos y
por lo tanto tampoco misioneros. Yo
estoy en este rebaño porque el Pastor me ha salvado de la muerte eterna. Y no
lo ha hecho con una fórmula mágica, con el poder de una energía… no, lo ha
hecho entregando su vida por mí. Nadie ha hecho eso por mí. No tengo otro
salvador fuera de Jesús. Si Jesús no
hubiera muerto por mí yo estaría perdido. Y soy suyo, él me ha comprado con su
sangre. Para formar parte de la Iglesia la cuota de ingreso la ha pagado Jesús
con su sangre.
Ese sentido de pertenencia a Jesús - “tuyo soy”
aprendemos de pequeños con el Jesusito de mi vida -, es tan fuerte que nos
conoce y lo conocemos como el Padre y el Hijo se conocen. La vida es un proceso
sin final de ir profundizando en este conocimiento. El que es de Jesús, es
también de los demás. Crea a su alrededor comunidad, fraternidad. No se puede
ser hijo sin hermanos. En la vida cristiana no existen los hijos únicos.
Recordemos que Jesús se hace presente cuando se reúnen los hermanos. El
evangelio siempre ha sido contracultural y revolucionario, pero ahora, en este
tiempo que propone el modelo de vida individualista, aún más. Mientras se nos
propone disfrutar y buscar bienestar por encima de todo, algunos estamos
empeñados en entregar la vida libremente, como nuestro pastor, para poder
recuperarla. Hay padres que se encuentran atrapados en la vida familiar porque
cuando se casaron no hicieron una verdadera entrega de su vida. Nosotros
proponemos que sólo recupera la vida el que la entrega libremente. Hoy que
rezamos por las vocaciones, por los que se plantean entregar la vida, renovamos
nuestras entregas con una nueva libertad. Feliz fin de semana y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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