Ayer Naamán se bañaba siete veces, hoy nos habla
Jesús del perdón hasta setenta veces siete. Me he parado a pensar por un
momento las veces que Dios me ha perdonado a mí, y se me saltan las lágrimas al
caer en la cuenta de la paciencia que Dios ha tenido conmigo. La experiencia
del perdón de Dios me ha ayudado a perdonar y ser misericordioso aunque también
he actuado como el de la parábola no perdonando minucia a los demás. No le
puedo pagar a Dios la deuda que tengo con él, sólo puedo ofrecer la alabanza
que brota de una corazón contrito y humillado. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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