martes, 31 de marzo de 2015

MARTES SANTO

La falta de lealtad alrededor de Jesús es patente. Unos por ambición otros por miedo. Podríamos pensar que Jesús, su personalidad debía ser tan arrolladora que no cabía ningún tipo de  traición. Los seres humanos somos así de complicados. El grupo de los discípulos no estuvo exento de luchas por el poder y de divisiones. Y en medio de todo esto Jesús es capaz de ver los planes de Dios “Ahora el Hijo del hombre va a ser glorificado”. Esta es la grandeza de Jesús que viendo como se ponían las cosas no ve un barco hundido sino una nave guiada por el Padre de la Gloria.  Él no piensa “en vano me he cansado”. Pongamos todos nuestros fracasos ante Dios y digamos “mi salario lo tenía mi Dios”. Feliz Martes Santo y bendiciones. 

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