Llevamos una semana repleta de Santos y Mártires, Juan
Bosco, Blas, Águeda, hoy los Mártires de Japón. Son los espectadores que nos
contemplan en la carrera. En la oración de la Liturgia de hoy le pedimos al
Señor proclamar con valentía la fe hasta derramar la sangre si es preciso. Es
una de esas oraciones a las que decimos amén con ligereza sin saber bien lo que
estamos pidiendo. La razón por la que murieron todos ellos en diferentes épocas
y contextos es la misa: Jesús. Todos habían conocido a Jesús y lo amaban sobre
todas las cosas, eran sus amigos. Él dio su vida por ellos y ellos, estuvieron
dispuestos a dar la suya por Él. Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre.
Nosotros conocemos y amamos al mismo Jesús que ellos ¿a quiñen voy a dar testimonio
del amor que siento por Jesús? Feliz día
y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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