Las palabras tiene mucho poder, sólo hay que pensar
el efecto que producen palabras como: “te quiero”; “te odio”; “te necesito”; “no
quiero saber nada de ti”… hay relaciones que empiezan y acaban con una sola
palabra. Porque de los que rebosa el corazón habla la boca (aunque es verdad
que a veces somos falsos y decimos lo que no sentimos y pensamos). La Palabra
de Dios también es así. Expresa su voluntad, lo que siente y desea, lo que Él
mismo es. Dios habla de muchas maneras: hablan las obras de sus manos, hablaron
los profetas, habla en los acontecimientos, pero sobre todo habla a través de
la Palabra encarnada, de Jesús.
Siempre he dicho y he enseñado que la Palabra de
Jesús es viva y eficaz. Que hace lo que dice. Si dice levántate y anda, el
enfermo se levanta, si dice esto es mi cuerpo, el pan es su Cuerpo. Si dice yo
te absuelvo de tus pecados, el pecador es perdonado. Ahora que estoy más en
clave de nueva evangelización estoy descubriendo otra dimensión de la autoridad
de la Palabra de Jesús. Cuando predicamos, cuando anunciamos la buena noticia
de Jesús muerto y resucitado, el KERIGMA, esto produce la conversión en el que
escucha por la acción del Espíritu Santo. No tenemos que convencer, que
demostrar… basta anunciar y ya está. La Palabra predicada con poder obra la
conversión del corazón.
Es cierto que a veces nos encontramos con corazones
endurecidos en los que parece que no hace nada. Cuando sales a celebrar algunos
entierros y dices “el Señor esté con vosotros” percibes una frialdad que puede
helarte el alma. Si vamos a predicar sin unción, sin haber orado antes, sin fe
en el poder de la predicación nos dejamos contagiar y no somos capaces de anunciar
a Jesús. Os recomiendo la lectura del
último capítulo de la Evangelii Gaudium en la que el Papa habla de este modo de
predicación, de la “parresía” de los primeros cristianos. Dejemos que Jesús
diga una palabra de autoridad sobre nuestra vida, sobre los demonios de la comodidad,
la tibieza, la desilusión que nos impiden ponernos en clave misionera. Feliz
fin de semana y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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