No sé cómo os habéis levantado vosotros. Yo me he
levantado con un subidón de alegría y buen rollo impresionante. Fuera miedos,
malos rollos, brujas y fantasmas. La victoria es de nuestro Dios y del Cordero.
La luz de este nuevo día se ha levantado disipando todas las tinieblas y
oscuridades del mundo y de nuestros corazones. No sólo antes estas fiestas
oscuras, también se muestra la Gloria de Dios venciendo al reino de la
corrupción en el que estamos sumidos. Ayer escuchaba lo del buque Juan Sebastián
el Cano que resulta que ha sido utilizado para traficar con cocaína. Yo no sé a
vosotros qué efecto os produce todo esto. A parte de tristeza, indignación y
perplejidad a mí me produce ganas de no ser como ellos. Su destino son las
tinieblas de la prisión y hasta del infierno si no se arrepienten. Ni son
felices ni lo van a ser. Yo me planteo ¿qué puedo hacer para que esto cambie?
Pues no hacerlo yo, pagar el IVA de todo, declarar en el IRPF no sólo la nómina
del Obispado sino también los 200 euros que recibo de la Parroquia. En vez de
fijarme en ellos y decir “yo haría lo mismo” (que esto es lo más preocupante de
todo, que se piense y se diga), yo miro a esa multitud incontable que han
lavado sus vestiduras en la sangre del cordero. Porque nuestros pecados son
lavados en la sangre de Jesús, nada más y nada manos. Y me dan ganas de ser
como ellos, como los santos, porque ellos si fueron y son felices. Algo se está moviendo. El Espíritu Santo no
está de vacaciones. Las bienaventuranzas no están pasadas de moda. Son el mejor
programa de vida y electoral. Me da mucha alegría ver como algunos jóvenes se
dan de baja en el Partido Popular después de su incoherencia con la defensa de la vida y cómo otros crean en sus pueblos
agrupaciones de electores para plantear alternativas. El mundo no nos conoce, no
nos entiende, ni falta que nos hace. Nos conoce Dios que es nuestro Padre y nos
ha hecho sus hijos amados y queridos y nos ha nombrados sus herederos, nos consuela,
nos sacia, tiene misericordia de nosotros, nos dejará mirarlo cara a cara, nos
entrega su Reino y nos dará la recompensa de la felicidad que no se acaba. Feliz
día de todos los santos y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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