La Palabra de hoy tiene una música preciosa, es la
música de la gratuidad. Para los judíos en aquel tiempo escuchar esta música
era como querer que hoy un fan del heavy escuche a la Hermana Glenda. Ellos
tenían muy claro que la Alianza era la Alianza y que su parte del pacto no
podían dejar de cumplirla. No podían entender que Jesús ha respondido ya por
todos nosotros y no hay deudas pendientes. También hoy, tiempos de desahucios y
¿Cuánto me pagas por hacerlo? La gratuidad es contracultural, es una música a
la que nuestros oídos no están acostumbrados. ¿Podría hoy anunciarle a alguna
oveja despistada que Dios lo ama gratuitamente? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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