Podemos irnos ante la catedral más hermosa y leer
este evangelio. Esa maravilla llegará un día que no quede piedra contra piedra.
Nuestro mismo cuerpo también está llamado a la corrupción. Este mundo no es definitivo
sino provisional. Pero no es simple destrucción, es muerte para engendra nueva
vida. Como el grano de trigo y la semilla de la vida. Después de morir dan una
gran cosecha. Podemos mirar con fe a nuestras muertes y fracasos y con la
perspectiva del tiempo descubrir la cosecha que de aquello se ha obtenido.
Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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