En tiempos de Jesús pagar o no pagar los impuestos
era una cuestión religiosa. No sólo se trataba de colaborar o no con los
invasores sino que era participar el aparato del poder romano que había
divinizado al Emperador. La pregunta tenía trampa, si decía que sí había que
pagar lo acusarían de traidor; si respondía que no había que pagar lo acusarían
de traidor y colaborador con los enemigos del pueblo. Jesús utiliza una gran astucia en su
respuesta y les dice: “no mezclemos los ámbitos”. Al César se le da el dinero,
el impuesto, a Dios se le entrega la vida entera. Hay que respetar la autoridad
de los gobernantes legítimos pero la alabanza y la adoración, la gloria y el
poder como hemos dicho en el Salmo sólo a Dios. Hoy es un buen día para que
pensemos si estamos dando al cesar lo que es del césar, si somos ciudadanos
corresponsables y participativos en la sociedad. Y también para que veamos qué
estamos dándole a Dios.
Hoy celebramos el DOMUND, dirigimos nuestra mirada
hacia tantos hermanos nuestros que están dando a Dios el máximo. Ser misionero
en situaciones como las que se viven en Sierra Leona o Liberia con la epidemia
del “ébola” representa en la Iglesia la mayor entrega. Como dice San Pablo en
la segunda lectura damos gracias a Dios por “la actividad de vuestra fe, el
esfuerzo de vuestro amor y el aguante de vuestra esperanza”. Son los que cada
día se empapan de la alegría del evangelio en el encuentro con Jesús y la
contagian a los demás. No contagian
enfermedades sino alegría, aunque como ellos dicen muchas veces, ellos son
contagiados de la alegría que esos pueblos, que aún viven libres de la tristeza
del individualismo. Toda la Iglesia está llamada a estar en estado de Misión,
dejémonos contagiar por los misioneros de ese estado. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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