Al aparecer hoy los niños en las lecturas y releer
el himno de la caridad vuelvo con una de mis claves: la madurez. La descripción
del amor que hace San Pablo es la de un amor adulto, maduro, es la plenitud del
amor humano superada cualitativamente por la acción del Espíritu Santo, es amar
como Dios ama. La caridad tiene una base humana. El Espíritu Santo no puede
actuar con ese grado de amor si la persona no alcanza unos niveles mínimos de madurez
afectiva. Esto me ha enseñado con el tiempo a ver en los demás menos pecado y
más inmadurez y que todos necesitamos ser acompañados en el proceso de
maduración que no acaba nunca. Feliz día
y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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