Cuando alguien se acerca al confesionario y te dice
que no tiene pecados yo con sorna le respondo: “que suerte, porque yo si tengo”.
Y estas palabras mías encierran mucha ironía porque el que no reconoce sus
pecados no es una persona con suerte sino un “des-graciado”. El que no reconoce
su pecado está lejos de darse cuenta de lo amado que es de Dios. Su relación
con Jesús puede que sea algo muy formal , como la de este Fariseo. Jesús es
alguien importante con el que viene bien tener relación, pero no tratará a
Jesús como a su salvador. No podrá decir como San Pablo: “por la gracia de Dios
soy lo que soy”. Acércate a Jesús hoy y
demuéstrale tu mucho amor por ser muy perdonado. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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