domingo, 6 de julio de 2014

SEMANA DECIMOCUARTA TO CICLO A DOMINGO

Como estamos empezando periodo vacacional podemos pensar: “Que bien que el Señor nos invita a descansar en Él”. Puede ser un buen contenido para la homilía, pero si somos fieles a los textos, el núcleo es la mansedumbre. La primera lectura que tiene sabor a Domingo de Ramos, habla del Mesías que llega a Jerusalén sobre un borrico en son de paz, con mansedumbre. El Evangelio sabe a muchas cosas porque lo escuchamos en muchos momentos. Lo escogemos para muchas exequias y sobre todo sabe a Sagrado Corazón.

Estos días escuchamos con preocupación cómo la situación de Palestina e Israel empeora de nuevo. El círculo vicioso de la violencia está de nuevo activa. “Tú me atacas, yo te ataco más”. El mal funciona así. ¿Es que nadie puede parar esto? Ya lo hizo Jesús, manso y humilde. Desde la cruz rompió la fuerza diabólica de este círculo. El Padre no respondió a la cruz con la ira sino con la reconciliación y el Espíritu Santo que ha sido derramado otorga a los seres humanos la libertad para seguir rompiendo este círculo vicioso. Nosotros que somos hijos de Dios poseemos este espíritu de libertad para responder al mal con el bien.


Pero antes del acto de libertad, hay un momento de iluminación. Esa luz que no tienen los sabios y entendidos, que tenemos la gente sencilla. El comprender que la mansedumbre es la única solución posible a los conflictos y que es además la única manera de descansar de verdad. El odio y el rencor son un yugo pesado. El perdón y el amor son un yugo ligero y suave. Pidamos durante este verano esa lucidez de la mente para que podamos descargarnos de los malos rollos de este curso que ha acabado y empecemos el siguiente ligeritos.  Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí. 

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