La reflexión creyente de la primera lectura no fue
nada fácil. Cuando Israel “fue expulsado de la presencia del Señor” la primera
reacción fue pensar que Dios había roto la alianza. Con el tiempo el Pueblo de Dios adquirió la
perspectiva adecuada para ver lo que realmente había pasado. Muchas veces
estamos cegados y no vemos con objetividad. Lo que más afecta a la objetividad,
como dice Jesús es, el propio pecado. Proyectamos en los demás nuestros propios
problemas, defectos y frustraciones. Nos autoengañamos y nos justificamos. Que
bueno es cuando encontramos a un hermano que con cariño nos ayuda a ver la viga
en nuestro ojo, eso se llama objetivar. ¿Lo hacemos? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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