Cuando leemos los hechos de los apóstoles alucinamos
con el dinamismo misionero de los Apóstoles y más si pensamos en los medios de
trasporte de esa época. Ellos vivían sin instalarse siguiendo el estilo del
Maestro, impulsados por el Espíritu Santo que los enviaba a donde fueran
necesarios. Nosotros tendemos a instalarnos y nos cuesta salir. A mí por
ejemplo me costaba menos los cambios de parroquia que ahora que ya cuento los
años con un cuatro. El Espíritu Santo es imprevisible y creativo, siempre nos
sorprende. Como dice el Papa ¡no perdamos el dinamismo del Espíritu! Feliz día
y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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