domingo, 25 de mayo de 2014

SEMANA SEXTA PASCUA CICLO A DOMINGO

La Pascua es como una clase de repaso anual de la vida cristiana. Como renace la vida primaveral se renueva nuestra vida de resucitados. Cada domingo toda una asignatura. El cuarto domingo fue la de "Cristología", la semana pasada la de "Eclesiología", esta semana es la de "Moral". Ser cristiano implica una relación muy especial con Jesús, formar parte de una comunidad y un estilo de vida. Leemos en los Hechos de los Apóstoles que cuando el ángel sacó a los apóstoles de la cárcel les dijo "id a explicar a todos este modo de vida". En vez de subrayar la palabra "mandamiento" que sale en el Evangelio este domingo he empleado "signo" de la primera. Mandamiento tiene una carga negativa que "echa para atrás".

Los samaritanos estaban admirados al ver los signos que realizaba Felipe, que por cierto eran los mismos que Jesús hacía, y esto les hacía acoger la predicación. Y la ciudad se llenaba de alegría. En esta lectura aparece esa imposición de manos posterior al bautismo que confiere el Espíritu Santo. Sin entrar en profundidades esto nos habla de la Confirmación. El Sacramento que capacita para el testimonio, para hacer de la vida un signo de resurrección. ¿Qué signos hay en mi vida concreta en mi forma de trabajar, divertirme, relacionarme... que hablen de la vida nueva? Como dice el salmo: "os contaré lo que ha hecho conmigo".

Esos signos dan razón de nuestra esperanza. ¿Oye tú por qué no abortas? ¿Oye tú por qué no tienes relaciones con tu novio? ¿Oye  tú por qué te entregas en el trabajo, la empresa no la vas a heredar? ¿Oye tú por qué perdonas a ese? ¿Oye tu por qué no llevas a tu padre a una residencia? ¿Oye por qué estudias esa carrera? La respuesta es: "Porque Jesús está vivo y entregó su vida por mí y me ha mostrado una manera nueva de vivir: amaos como yo os he amado". El que entrega la vida puede recuperarla.

Claro que nuestra vida, nuestros signos a veces molestan y como dice San Pedro en la segunda lectura, a veces denigran nuestra conducta en Cristo. San Pedro nos exhorta a responder con la mansedumbre para que queden confundidos. No es fácil, es verdad, pero es posible. Yo lo he experimentado muchas veces. Cuando renuncias a la réplica y dejas actuar al DEFENSOR, al Espíritu de la verdad que nos ha dado Jesús son posibles la mansedumbre y el respeto. Y este "Abogado" no machaca a los que nos denigran, lo hace también que consuela y sana y hasta hace amigos. No soy un iluso, el Señor realiza temibles proezas a favor de los hombres, Jesús está vivo ¡Aleluya! Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario