El príncipe del mundo sigue
actuando, aunque está vencido y no tiene poder sobre la obra de dios. Está
encadenado y da coletazos. En la cruz Jesús le dio alas y lo utilizó para
mostrar su amor. Así sigue siendo. Dios utiliza la lucha contra el mal para
mostar su amor y la acción de su Espíritu Santo. San Pablo lo experimentaba
también. No se ahorraba las persecuciones, lo llegaron a dar por muerto pero
él, como Jesús del sepulcro, se levantó y siguió predicando. Por eso que no
tiemble nuestro corazón, nuestras pruebas son preludios de días de gloria.
Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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