Al leer la primera lectura me he acordado de la serie
de televisión Isabel. Empazaba a funcionar la inquisición y ante el caso del
niño de la Guardia el inquisidor tenía muy claro que Dios nunca permite que se
condene a un inocente. ¡Cuántos inocentes son condenados! Pero si nos fijamos
bien en el caso del Evangelio no se trata de condenar a una mujer inocente sino
de una sorprendida in fraganti. Y aquí Jesús va mucho más allá en la misericordia
y proclama una de las frases más maravillosas "el que esté libre de pecado…"
A los inquisidores se les olvidó esta página del evangelio y a nosotros también
se nos olvida cada vez que cogemos una piedra para arrojarla sin mirarnos
antes. ¿Cuántas oportunidades he recibido yo? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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