Comienza la semana del empobrecimiento definitivo
de Jesús. En la segunda lectura hemos escuchado el precioso himno de Filipenses
que narra el abajamiento del Hijo de Dios. Se rebajó hasta la muerte y muerte
de cruz. Este camino de empobrecimiento comienza con la Entrada en Jerusalén.
Jesús se presenta según había profetizado el profeta Zacarías montado en un
borrico como príncipe de la Paz. Jesús no viene en cortejo militar exhibiendo
poderío sino en la sencillez y aclamado por los pobres y sobre todo por los
niños. Como cuando nación en Belén se
presenta vulnerable y sin embargo algunos lo consideran una amenaza. Como
entonces con los pastores, ahora es acogido por los sencillos, por los que se
dejan sorprender y están dispuestos a enriquecerse con su pobreza.
Para recibir a Jesús hay que quitarse el manto y
echarlo a sus pies para que el borrico pase por encima. ¿Qué significa esto?
Para cada uno será algo diferente. Ayer en la Misa de la tarde yo lo
relacionaba con despojarnos de nuestra "buena imagen" y acercarnos a
celebrar el sacramento del perdón. Cada uno sabrá de qué tiene que desprenderse
al comenzar esta Semana Santa para recibir a Jesús. Puede que en muchos el
manto sea la vergüenza para aclamar a Jesús. Esto es algo que me preocupa y lo
repito mucho. Antes eran los homosexuales los que estaban en el armario, ahora,
ante la cristianofobia, somos los católicos los que estamos dentro de él.
Estamos callados como estatuas de museo. Así nos quieren, sin manifestar la alegría
de la fe. El otro día se clasifico el Atlético de Madrid y a sus sufridos seguidores
no les daba vergüenza expresar sua alegría ¿Qué nos pasa a nosotros? ¿Hemos
aclamado al Señor hoy por las calles en la procesión?
¿Cómo hemos planeado la Semana Santa? ¿Qué tiempo
voy a dedicar a la oración a la lectura espiritual a visitar enfermos y atender
a los pobres? Son días de procesiones, de amigos y familia, no nos dejemos
diluir en la Semana Santa pagana que también la hay. Aprovechemos estos días
con talante de discípulo para abrir el oído e impregnarnos de todo lo que vamos
a vivir. Y salgamos del armario¡¡ si calamos gritarán las piedras. Feliz
domingo de Ramos. Para ver las lecturas pincha aquí.
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