El perdón es el oxígeno de toda comunidad. Si los
que viven juntos no se perdonan con naturalidad, como un matrimonio maduro, el
aire se hace irrespirable. Pues ahora caigo en la cuenta de que si yo no
perdono también me falta el oxígeno, me ahogo. Podemos tener nuestra alma
sometida a una hipoxia continuada pero no por siempre. El alma puede aguantar
un tiempo pero cuidado, podemos dejarla muy dañada como el cerebro del que ha
sufrido parada cardiorespiratoria durante demasiado tiempo. No sé si tu estás
en parada, si tu situación es tan grave. Si es así, necesitas reanimación, un
buen masaje cardiaco y respiración boca a boca. Jesús y el Espíritu Santo son
un equipo de reanimación estupendo, acude a ellos. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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