Ayer hablaba yo de desarrollar la capacidad en el
amor en relación a nadar con técnica. Ciertamente que en ninguna disciplina se
alcanza nada sin constancia. Santiago en su carta habla de ella. Dice que un
hermano sin rumbo fijo es como el oleaje y no consigue nada. Este estilo de
vida del usar y tirar, no favorece en nada la constancia. Algunas mañanas me
despierto sin ninguna gana de levantarme para orar. Me engaño pensando que
haciendo en ese momento lo que me apetece voy a ser más feliz. Pero no es así,
la constancia le da a mi vida una gran equilibrio y una sobriedad que engendra
paz. No vivamos una fe de signos extraordinarios y gestos fantásticos. No hay
mayor signo de fe que una vida creyente constante. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario