Lo primero en lo que me he fijado al leer las
lecturas es en lo de felices. Hemos repetido en el salmo que los que caminan en
la voluntad del Señor son felices, que los que hacen lo que él manda son
felices. Creer esto tiene miga, porque como dice San Pablo esta es una
sabiduría divina que el mundo no conoce. Cuando te encuentras con Jesús de
verdad descubres un tesoro escondido y sientes algo así como "yo ha nacido
para esto".
Porque felicidad no es igual a que todo me vaya
bien, todo me guste… yo creo que ese concepto de felicidad egocéntrica está
superado para nosotros. La felicidad es esa plenitud hacia la que tiene todo
ser humano. Esa realización, eso mismo de encontrar "para lo que yo
existo". Esa misma palabra es la que emplea Jesús cuando dice que no ha
venido a abolir sino a dar plenitud a la ley antigua. Si leemos
superficialmente el Evangelio de hoy nos puede parecer que la ética cristiana
es una vuelta de tuerca a la ética del Antiguo Testamento. Y no es eso. Para
explicar esto últimamente recurro al mismo ejemplo porque no encuentro otro
mejor. La ética cristiana es la plenitud de desarrollo de la capacidad que
tenemos de amar. No todas las personas desarrollan toda su capacidad de amar.
Como no todas las personas llegan a nadar con técnica. Muchos nadan para
manejarse en el agua y otros incluso no pasan de chapotear.
Los discípulos de Jesús, los hijos de Dios estamos
llamados a mucho más que chapotear o nadar de cualquier manera. Estamos
llamados a la santidad, a desarrollar plenamente la capacidad de amar. Y para
eso no contamos con las propias fuerzas, el Espíritu Santo que nos transforma y
nos diviniza nos lleva a esa plenitud, si lo dejamos, claro está. La primera
lectura habla de dos caminos, el bien o el mal. Yo creo que no es tan simple.
También está la opción de crecer, de madurar, de desarrollar la capacidad de
amar hasta la plenitud. De ser felices caminando en la voluntad del Señor, una
felicidad que se trasmite, que se contagia. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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