Ayer era ver de otra forma, hoy pensar de otra
forma. No es el poder y la fuerza sino el Espíritu de Dios, dice una canción
que en la Renovación Carismática cantamos para invocar al Espíritu Santo. Corremos la tentación de aliarnos con los
poderosos para que crezca el reino, de buscar la influencia y los privilegios.
Los pastores de la Iglesia han caído y todavía caen en esa tentación. Satanás
sabe que ese es un punto débil de las
murallas de la nueva Jerusalén. Si miramos a Jesús, de verdad, cara a cara, al
carpintero de Nazaret, al Maestro de Galilea, al Siervo sufriente, al Crucificado…
¿Podemos luego tener los ojos puestos en los poderosos? Feliz día y
bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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