La pureza ritual judía ponía el acento en lo
externo pasando por alto lo interno. También en nuestro tiempo damos demasiada
importancia a lo externo, a la imagen. A veces nos importa más la pinta de una
persona, su "postureo", su tribu, que la persona misma. Cuántas veces
hemos encontrado un corazón de oro en una persona que externamente no nos
agradaba. Y al contrario, personas que tienen muy buena imagen, luego resulta
que están corrompidas hasta los tuétanos. El Carnaval es una vez al año, no podemos
vivir con una máscara toda la vida. Vivamos con la transparencia de los niños y
miremos más allá de las apariencias. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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