Este hombre proclamaba lo que el Señor había hecho
con él. Al decir esto me recuerdo
predicando ayer domingo, hablaba de cómo el Señor había penetrado con su luz
hasta mi subconsciente y cómo me había dado un corazón compasivo. Alguna vez me
han llamado la atención hermanos seglares: "hablas mucho de ti". No
hablo de mí, no me pongo de ejemplo, líbreme Dios de tal cosa. Hablo de lo que
Dios hace en mi vida. Yo no quiero ser un predicador de teorías, ni inventarme
ejemplos bonitos. Yo quiero ser un testigo del poder de Dios, de lo que Dios
hace en mi vida. Porque eso es evangelizar, compartir con otros lo que te está
pasando. Hay mucho pudor a hacer esto y nuestros hermanos pueden quedarse con
la anécdota desgraciada de los cerdos que se han ahogado sin descubrir la
acción amorosa de Dios. Nuestra responsabilidad es que la vean. Feliz día y
bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario