Cuando leo este pasaje del libro de Samuel me
parece un ejemplo perfecto para explicar que no podemos manipular a Dios y
tratar de utilizarlo como un amuleto. Dios no entra en nuestro juego y no
permite esos juegos. Pero esta mañana al leer el Evangelio me doy cuenta de que
Jesús si entra en el juego. El leproso lo pone en un aprieto "si quieres
puedes..." luego si no lo haces es porque no quieres. Es casi una
tentación y a Jesús le puede la compasión, más que su cabeza funciona su
corazón y entra en el juego, ese leproso es muy listo y ha descubierto el punto
flaco de Jesús. La compasión de Dios que en tiempos de los profetas era algo
inaudito para los otros pueblos en Jesús llega a su plenitud. Jesús nos dice
que seamos astutos pues apelemos a esa compasión. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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