Han pasado veinte siglos desde que le hicieron a
Jesús esa pregunta y la fuente de la autoridad ya no está en Dios. El poder es
del pueblo que lo deposita en los gobernantes a los que elige mediante las
urnas. La Iglesia, gracias a Dios, ya no tiene el poder que ha tenido durante
siglos en lo temporal (el papa era un verdadero monarca y los obispos
verdaderos príncipes). Sin embargo, los representantes de la Iglesia todavía
tenemos autoridad moral para muchas personas. Lo que decimos es importante para
mucha gente, por eso cuando no hacemos lo que decimos también esto tiene mucha
repercusión. Esto me lo han hecho ver personas ajenas a la Iglesia como ese
personaje de la primera lectura que no es israelita pero que anuncia un nuevo Rey
señalando una estrella. ¿Somos conscientes toda la comunidad eclesial de esta
responsabilidad de ser un referente para el resto de la sociedad? Feliz día y
bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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