Leemos en la primera lectura: “Lo encuentran los
que no exigen pruebas, y se revela a los que no desconfían”. El granito de
mostaza de la fe es esa confianza incipiente, un pequeño paso que en realidad
es un paso de gigante, es un giro copernicano en el sentido de la propia vida.
Es aceptar dócilmente que mi vida no está centrada en mí sino en otro que me
sostiene en su palma y me estrecha por detrás y por delante. No escandalicemos
a los pequeños con nuestros alardes de fe que a veces pueden desanimar. Feliz
día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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