Recuerdo un dibujo de hace mucho tiempo de un joven
con una mochila con una pila de cosas en lo alto, le era imposible caminar.
Seguir a Jesús requiere mochilas ligeras, no se puede ser discípulo suyo con
carga, él necesita hombres y mujeres libres de deudas. La única hipoteca que
puede consentir es la del amor, y siempre un amor libre, sin acaparamientos. Da
vértigo este proyecto, nos sentimos más seguros con la mochila pesada pegaditos
al suelo. ¡Danos Señor el empujón que necesitamos! Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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