Estamos ya en la parte parenética de la Carta a los
Romanos. Hoy leemos un buen número de recomendaciones para la vida de la
comunidad. Podemos imaginarnos a la pequeña congregación de cristianos de Roma
en medio de esa inmensa urbe como una luz encendida en medio de la oscuridad,
brillando con este estilo de vida nuevo. No se podía ser discípulo sin la Iglesia. Hoy
experimentamos que hay muchos que dicen ser creyentes y no van al banquete, no
se reúnen con los hermanos, no se sientan a la mesa. ¿Cómo ayudarles a descubrir
lo que se pierden? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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