sábado, 16 de febrero de 2013

SEMANA PRIMERA CUARESMA CICLO C DOMINGO


Si nos fijamos bien en las tentaciones de Jesús no son tentaciones burdas sobre cuestiones morales. No es tentado de “hacer cosas malas”. Son mucho más profundas y sutiles. La primera ataca por la necesidad de comer, de sobre vivir, la segunda sobre el poder, la tercera es la tentación a Dios mismo. En el fondo son tentaciones que atacan a la fe no a la ética. Van dirigidas a poner a prueba la fe.

En le primera lectura leemos lo que se recitaba al ofrecer las primicias, es como un credo del Pueblo de Israel. Para el Pueblo de Dios era muy importante no olvidar “lo que Dios ha hecho con nosotros”. Si soy un hombre libre que tiene una tierra donde cultivar es porque el Señor lo ha hecho. Por eso yo le ofrezco a Dios las primicias de mis cosechas. No me basto a mí mismo, no soy autosuficiente, dependo del Señor y en él tengo puesta mi confianza. Si nosotros somos lo que somos gracias a lo que tenemos y nos hemos ganado, no llegaremos a vivir una fe profunda y madura. Nuestro estado del bienestar con todas las coberturas sociales y legales que tenemos nos da una seguridad falsa que nos hace sentirnos tan seguros que nos hacemos la ilusión de que podemos vivir sin Dios.

En la segunda lectura se nos habla de a fe creída y profesada. Esta es otra tentación: la de no profesar la fe con los labios. El lunes se quejaba un contertulio en la radio de que se diera tanta cobertura mediática a la renuncia del Papa cuando “la religión es una cuestión estrictamente privada”. Esa concepción laicista radical se mete como un virus a muchos católicos europeos que viven la fe de un modo oculto, vergonzante. La fe se lleva dentro pero no sale fuera. No compartimos las opiniones que nuestra fe forja en nosotros, no decimos que participamos de una comunidad cristiana, no decimos “rezaré por ti” o incluso “¿quieres que recemos ahora mismo por este problema?”. No mostramos que vivir la fe es una experiencia gozosa.

Iniciamos la Cuaresma del Año de la fe. Y empezamos por las tentaciones de la fe. Yo no sé vosotros pero toca Cuaresma implica una tribulación. La Iglesia entera la vive con el cambio de Papa. Confiemos porque el Señor está con nosotros en la tribulación. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí. 

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