Jesús compaginaba perfectamente la dedicación a los
demás y su vida de oración. Marta y María, la acción y la contemplación. Vivió casi toda su vida de forma oculta
pasando desapercibido, como “uno de tantos”, y ahora que tiene fama, que se habla
de él, no se deja arrastrar por la vorágine del activismo o la popularidad.
Necesita retirarse para vivir la intimidad con el Padre. Jesús no cambia por
estar en el candelero tiene una personalidad y una vida de fe firmemente
asentadas. ¿Me retiro yo sólo a orar? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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