Se habla en este año del «cansancio de la fe» es
uno de los síntomas de la crisis de fe sobre la que el Santo Padre nos alerta. Hoy
la Palabra me ha tocado muy dentro. Yo me pregunto si alguna vez he estado así.
No sé, creo que no. Si alguien piensa lo contrario que me lo diga con caridad.
Claro que yo soy muy vitalista, poseo una naturaleza activista. Un día me
dijeron que no conocían a nadie capaz de hacer tantas cosas en sólo día.
Los amigos hacen bromas sobre esto. Un sacerdote también le gusta alertar sobre
la confusión entre impulso vital y la acción del Espíritu Santo. Y me lo
planteo hoy una vez más ¿hasta dónde es mi impulso vital y hasta donde las alas
que da el Señor a los que esperan en Él? ¿Que no me canso? Claro que sí, como
todo el mundo; pero también tengo que proclamar que descansando en Él me
recupero. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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