Jesús llegó a Jericó llamando a la puerta de
muchos, y le abrió el que estaba más perdido: Zaqueo. Los tibios, los que no
son ni fríos ni calientes no podían aceptar que Jesús entrara a casa de
semejante pecador. Es más fácil que se convierta un pecador que un tibio. Es más fácil que acoja a Jesús uno que anda
perdido que el que se cree seguro. En la Pastoral Universitaria andamos
buscando a los universitarios que congenian con nosotros, que están interesados
en lo que ofrecemos. Creo que debemos hacer como Jesús llamar a las puertas de
los que están más perdidos. Y así en toda la pastoral, debemos salir a su
encuentro. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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