En tiempos de Santa Teresa, que hoy
celebramos las mujeres no iban a la Universidad, no se las consideraba capaces.
Teresa tampoco fue. Ciertamente que era
una mujer inteligente, pero la sabiduría que recogen sus escritos y que le ha
valido el título de doctora de la Iglesia es regalo de Dios. Por eso leemos este Evangelio hoy, para dar
gracias con Jesús al Padre que revela sus secretos a quien él quiere. De toda
su doctrina recordemos lo que el Oficio de lectura de hoy recoge: no hay otra
puerta para adentrarnos en la mística que la contemplación de la humanidad de
Jesucristo. Contemplemos hoy a Jesús lleno del Espíritu Santo alabando al Padre
y diciéndonos ¡Venid a mí!. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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