Jesús quiere
evangelizadores libres, desinstalados, ligeros de equipaje. Porque los quiere
desprovistos de seguridades y apoyaturas humanas. Buscad primero el Reino de Dios y su
justicia, no os preocupéis por lo que vais a comer… el sabio que escribió el
libro de los Proverbios ya estaba en esta onda: “no me des pobreza ni riqueza”
dame mi ración de pan. Nosotros decimos en el Padre Nuestro “Danos el pan
cotidiano”, el necesario para cada día. Que no sufra la pobreza ni tampoco viva
deseando más. Dejemos que del fondo de nuestro corazón (ese espacio que no
puede ser materializado) surja y crezca este deseo. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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