sábado, 16 de junio de 2012

SEMANA UNDECIMA TO CICLO B DOMINGO


Que regalo esta Palabra al final del curso. Cuando estamos revisando cómo han ido las actividades pastorales podemos caer en el error de revisar resultados en clave de eficacia. Mira que sabemos que esto de la evangelización es otra cosa, pero siempre caemos en lo mismo. La Pastoral Universitaria por ejemplo, te da la impresión de estar perdiendo el tiempo. Y bastantes veces me dicen “esto es sembrar, esto es sembrar”. En la oración del miércoles de la semana pasada precisamente le pedía al Señor que nos de la confianza de que lo que hemos sembrado dará fruto. Y la siembra como dice el salmo es con lágrimas. Y sin que sepamos cómo la semilla dará fruto.

Las cosas de Dios tienen comienzos pequeños como el grano de mostaza. Al principio se pone a prueba nuestra confianza. Así vivieron los comienzos Francisco de Asís, Ignacio de Loyola o Juan Bosco. No sé si habéis plantado alguna vez un árbol. He plantado muchos pero me acuerdo de una palmerilla que me dio mi tío en una lata. Hoy es como una casa de grande. Pero es que continuamente se sigue poniendo a prueba nuestra confianza. La Iglesia se ve continuamente sacudida para que no se nos olvide de que somos poca cosa en las manos de Dios. Así debe sentirse el Papa en estas semanas de intrigas y líos que nos vuelven a recordar que por muy grande que sea la cúpula de San Pedro, el rebaño de Jesús es frágil.

Es como el efecto de la Eucaristía. Cada comunión es una siembra. Y sin que sepamos cómo, casi sin darnos cuenta, va produciendo su efecto en nosotros y nos va trasformando, como la palmera plantada en la casa del Señor. A veces me pregunto ¿Cómo sería mi vida sin eucaristía? Y este nuestro cuerpo no es una cárcel sino que se va transformando según el modelo del cuerpo glorioso de Jesús porque con estos ojos lo veremos cuando dejemos de caminar sin ver guiados sólo por la fe. Feliz fin de semana y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.

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