Ayer reflexionábamos sobre el poco del sufrimiento
comparado con la eternidad. El parto también dura un poco (bueno algunos muchas
horas) comparado con la alegría del hijo que se prolonga a los largo de los
años. ¿No tenéis la experiencia de haber parido algo hermoso y feliz con dolor
y sufrimiento? Es más, yo creo que no hay iniciativa, Evangelizadora me refiero,
que no surja con padecimiento. En los Hechos
de los Apóstoles Pablo engendra comunidades y casi siempre está presente la
persecución. Es ese misterio del
sufrimiento del apóstol que es fecundo para su comunidad. Yo sé en mi carne lo
que es esto. Muchos catequistas saben lo que es esto. Recordemos: nadie nos
quitará nuestra alegría. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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