La causa de que Jesús no sea aceptado entre sus
paisanos es que no pueden comprender cómo su carpintero ahora se presenta ante
ellos con pretensiones mesiánicas. Esto sucede después de leer el pasaje de
Isaías “el Espíritu del Señor está sobre mí…”.
Jesús no era un personaje misterioso sin familia ni origen
conocido. Es verdaderamente uno de los
nuestros. Durante la mayor parte de su vida “pasó por uno de tantos”. La
encarnación tiene este matiz escandaloso del verbo escondido en lo cotidiano
que viven los hermanitos de Foucold. ¿Podemos
nosotros vivir con Jesús una relación compartiendo lo más cotidiano? Feliz día
y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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