Esta es la plenitud del pecado, la interpretación
maliciosa de los hechos que no tienen discusión. Cuando un hecho es innegable,
si no queremos aceptarlo, tergiversamos su significado. Esta es la hondura del corazón obstinado, que
los hombres de Dios no aceptaban que Jesús fuera el dedo de Dios. Jesús les
advierte que si ni están con él se ponen en contra de Dios, dan la espalda al
Señor. El ambiente en el que nosotros nos movemos no es éste. Más bien estamos
rodeados de indiferencia. Si fuera oposición estaríamos crecidos. La
indiferencia nos desarma y no sabemos muy bien cómo afrontarla. A propósito de
la guerra civil ¿cómo ando yo de unidad de vida? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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