José y Jesús son hijos, son víctimas de la envidia
y la ambición, son vendidos, expulsados de la viña y los dos son instrumentos
de Dios. Dios utiliza para su obra de
liberación a los hijos desechados porque ambos no responden con la venganza
sino con el perdón. ¿Somos nosotros de los que decimos: matémoslo y nos
quedamos con la viña? ¿Queremos apropiarnos de la gloria de Dios? ¿Queremos
apropiarnos por la fuerza de la túnica
de hijos? ¿Queremos usurpar a Dios como jornaleros ambiciosos lo que él nos
regala como hijos? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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