viernes, 24 de febrero de 2012

Viernes después de ceniza


El ayuno de los cristianos no tiene como finalidad conmover el corazón de Dios y conseguir que tenga clemencia. Acercar a Dios, hacer que nos escuche. No tiene este sentido porque tenemos a Dios con nosotros y nos escucha, estamos de boda, no de velatorio. Estamos celebrando su misericordia. Nuestro ayuno más que penitencial es solidario, es desprendernos para socorrer al que le falta. También tiene una finalidad práctica, mediante el ayuno nos hacemos más libres de lo material, nos desapegamos para poder amar mejor. Pensemos cuál es el ayuno que Dios quiere de cada uno de nosotros. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.  

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