Santiago dice que quien pida titubeando no espere recibir nada del Señor. Esa fe es la seguridad en alcanzar lo que se pide, seguridad en la misericordia de Dios. En el Evangelio encontramos a menudo este poder de la fe. Jesús actúa a veces movido por la compasión y otras por la fe de los que le piden. En el Evangelio tenemos el contraste de la falta de fe de los fariseos que no terminan de creer en él. Y más después de la multiplicación de los panes y los peces que es el signo inmediatamente anterior a esta pasaje. Reconozco que yo, sacerdote instruido, a veces soy como los fariseos, y que creyentes poco instruidos y formados, me dan cien vueltas y me ponen las pilas. ¿Titubeamos al pedir? Feliz día y bendiciones. Para leer las lecturas pincha aquí.
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