Fruto de esto que recoge el Evangelio de hoy es uno
de los ritos del Bautismo que como es opcional está en desuso. El ministro toca
los oídos y la lengua del neófito y le dice «El Señor Jesús que hizo oír a los
sordos y hablar a los mudos te permita a su tiempo escuchar la Palabra y
profesar la fe para gloria y alabanza de Dios Padre». Lo que yo hago cada día es fruto de este
rito. Escucho la Palabra y luego la proclamo en el espacio cibernético. Oír
para proclamar. La Palabra no se recibe para guardarla, para ponerla debajo de
la cama, no es algo secreto, como si fuésemos una secta. Nuestro actuar es
siempre a la luz del día, en público, para que pueda ser escuchada por otros la
Palabra, también en la Universidad. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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