La oración de la primera lectura es la que hizo
Salomón el día de la consagración del Templo de Jerusalén. En ella el Rey
reconocer que Dios no “cabe” en ese templo, no pueden encerrar al Dios que no cabe
en el Universo. Salomón se conforma con que Dios escuche la oración que se haga
en aquel lugar. Son palabras sabias, reconocen la limitación del culto humano
frente a Dios siempre trascendente. Esa es la diferencia entre el culto y la
magia. En ésta se trata de manejar a Dios. Los creyentes sabemos que Dios no es
manipulable nunca. Jesús da un paso más y purifica el culto de ritualismos basados
en tradiciones humanas que pueden llevar a ser escusa para dejar de amar al
prójimo. ¿Cómo es mi culto a Dios? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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