En las dos lecturas aparecen los extranjeros. En la
primera las esposas de Salomón que eran gentiles lo arrastraron a la idolatría.
Ésta era la razón de no mezclarse con los no judíos. El pueblo de Israel en esto era diferente a los demás
pueblos. No casándose con mujeres paganas buscaban salvaguardar su fe, no
contaminarse con la idolatría. Con todo esta fue una lucha constante de los
profetas. Jesús en su ministerio comienza a abrirse a los extranjeros aunque se
centra en las ovejas descarriadas de Israel.
Y nosotros ¿qué hacemos, nos mezclamos o no? Corremos el peligro de
encerrarnos con la escusa de proteger nuestra fe, pero entonces no
evangelizamos. Tenemos por delante el reto de mantener la identidad en un
entorno pagano al que no podemos dar sólo las migajas, tenemos que dar a Jesús.
Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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