Anoche escuchaba a un cuentacuentos hablar del
efecto mariposa. Me he acordado al leer esta Palabra. Una acción pequeña puede
tener inmensas consecuencias. Consecuencias que no están en nuestras manos. El pecar o no está en nuestras manos como el
caso de David, las consecuencias no. Y no sólo lo que más adelante leemos sobre
los castigos que Dios propone imponer sobre el pueblo. De ese pecado nacerá
Salomón. Esta mujer aparecerá en la genealogía de Jesús en el Evangelio. Nosotros vamos sembrando, muchas veces semilla
buena, a veces semilla mala. Dios es el que controla las consecuencias, el que
hace que crezca, sin que sepamos cómo. Esto no es fácil de asumir porque nos
gusta tenerlo todo controlado. ¿Recuerdo en mi vida algo parecido? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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