A mí me pasa lo mismo que al Pastor. Cuando voy al
hospital en el que soy capellán, los que comulgan y rezan tratan de acapararme,
con ellos me siento acogido. Pero no dejo de pasar por las habitaciones en las
que me han pedido comulgar, no ves estampas a la cabecera y no sabes
siquiera si rezar algo. Me he llevado grandes sorpresas cuando algunos “OK” (así
los señalamos en la lista) han pedido confesar o recibir la unción de enfermos
y tienen un verdadero encuentro con Jesús. Qué alegría más grande
experimento por estas ovejas “perdidas”. Estos que se sienten flor campestre y
buscan un pastor que tenga para ellos una Palabra de vida que no pasa. ¿Hemos
experimentado esta alegría alguna vez? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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